La hiposmia consiste en la reducción en el sentido del olfato; que se traduce en una disminución en la capacidad de percibir olores. El sentido del olfato funciona por señales quimiosensoriales que se originan en los receptores olfatorios de las neuronas que descansan en la lámina cribosa, y que se conectan en forma directa con el cerebro.
El sentido del olfato tiene varias funciones: favorece la salivación cuando se perciben olores de alimentos, -mejorando con esto la digestión- y favorece la percepción de los sabores; favorece la relajación y la imaginación cuando se perciben olores agradables y también tiene un papel protector al detectar aromas dañinos para el ser humano.
La hiposmia puede deberse a alteraciones en las estructuras o nervios nasales, como por ejemplo infecciones virales como el COVID; sinusitis aguda o crónica, pólipos nasales; y problemas hormonales, principalmente embarazo e hipotiroidismo. También puede presentarse como secuela de cirugías o traumas cerebrales, como por ejemplo traumatismo craneoencefálico, exposición a químicos o solventes, y se ha descrito como un síntoma precursor de la enfermedad de Parkinson.
Entre las causas más frecuentes de hiposmia con obstrucción se encuentran las patologías nasales: rinitis alérgica aguda y crónica, sinusitis aguda o crónica y pólipos nasales. Dada la localización de los receptores olfatorios, cualquier problema inflamatorio, infeccioso u obstructivo a nivel nasal o paranasal, afectará su funcionamiento.
Es muy importante determinar la causa de la hiposmia con obstrucción para dar un tratamiento etiológico específico. Una buena semiología, con exploración física adecuada, puede ayudar a identificar problemas nasales. Las pruebas cutáneas o determinaciones séricas de IgE específica podrán confirmar o descartar problemas alérgicos. La tomografía simple de senos paranasales es indispensable para descartar obstrucciones mecánicas como espolones en el septum nasal; lesiones ocupativas de senos paranasales como los pólipos o quistes de retención; e incluso descartar problemas del sistema nervioso central.
Los esteroides nasales pueden utilizarse como terapia adyuvante en las patologías nasales. Han demostrado seguridad y eficacia, ya que se administran localmente en el sitio donde deben actuar, fijándose a los receptores nasales durante varias horas y favoreciendo la desinflamación paulatina de la mucosa. En el caso de sinusitis aguda y crónica, además de desinflamar los cornetes, favorecen la apertura de los ostiums de drenaje y la destrucción de la capa de biofilm bacteriano, previniendo las recaídas. Se ha demostrado que restablecen la arquitectura del epitelio mucoso y dada la plasticidad neuronal, al restaurar la patencia y las uniones epiteliales, pueden favorecer el restablecimiento de la percepción olfatoria.
La mometasona es el corticosteroide nasal más adecuado ya que por su baja biodisponibilidad es seguro en niños, mujeres embarazadas y pacientes de la tercera edad.
Es importante dar un tratamiento etiológico completo, como uso de inmunoterapia y antihistamínicos en la rinitis alérgica; antibióticos en algunos casos de sinusitis; y los biotecnológicos para los pólipos nasales, sin olvidar que, en todos los casos, los esteroides intranasales serán la terapia adyuvante ideal para hidratar, desinflamar y lavar las estructuras nasales y paranasales.
Fuentes:
- Ocampo CJ, Grammer LC. Chronic rhinosinusitis. J Allergy Clin Immunol Pract. 2013 May-Jun;1(3):205-11
- Catana IV, Chirila M, Negoias S, Bologa R, Cosgarea M. Effects of corticosteroids on hyposmia in persistent allergic rhinitis. Clujul Med. 2013;86(2):117-20.
Dra Blanca Morfin
Médico cirujano egresado de la Universidad La Salle
Pediatra egresada del CMN “La Raza”, IMSS
Alergóloga egresada del Instituto Nacional de Pediatría
Maestría en Ciencias egresada de la UNAM
Académica numeraria de la Academia Mexicana de Pediatría
Miembro de COMPEDIA, CMICA, SLAAI
Fellow de la AAAAI
International member de EAACI
Extesorera de COMPEDIA
Exsecretaria del Colegio de Pediatras de la Ciudad de México